Una racha de viento nos visitó,
y al árbol ni una rama se le agitó.
La canción de que le viento se parara,
donde nunca pasa nada.
Se rompió la cadena que ataba el reloj a las horas.
Se paró el aguacero, ahora somos, flotando, dos gotas.
Agarrado un momento a la cola del viento me siento mejor.
Me olvidé de poner en el suelo los pies y me siento mejor.
Volar, volar...
La Ley innata
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