jueves, 3 de enero de 2008

Una noche de primavera



Un matrimonio discute sobre las causas que les impiden dormir (es de noche). El marido expone sus quejas:

-¡Toda una noche, señor... Toda una noche de reproches variados, de llantos torrenciales y de ataques neuroepilépticos!... ¡Toda una noche de alternar las sales inglesas con el éter, y el éter con el vinagre, y el vinagre con el agua de azahar, y el agua de azahar con la tila, y la tila con el bromuro, y el bromuro con las sales inglesas y las sales inglesas con el éter... Y así sucesivamente para acabar diciendo que no es ella la que tiene la culpa de que yo no pueda dormir!... ¿Por qué fui tan estúpido? ¿Por qué el día de la boda no me escapé de la iglesia y subí a un taxi y me marché a Irún en el expreso...?



A lo cual, la esposa contesta:



-Olvidas que el expreso de Irún sale a las nueve de la noche. Y nosotros nos casamos por la mañana...
Una noche de primavera.
Enrique Jardiel Poncela

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué grande Poncela. Gracias por traerlo una vez más.
Un abrazo

Anónimo dijo...

... y si de una noche de primavera nos trasladamos a una noche de verano, veremos que las cosas con el cálido estío no van mucho mejor, pero es que ni en sueños, vaya.

"Si los amantes encontraban siempre estorbos,
será porque es ley del destino.
Soportemos pacientes nuestra pena,
pues es cruz que de antiguo se ha llevado,
y tan propia del amor como los sueños, suspiros,
ansias, deseos y llanto que siempre le acompañan."

Shakesperare dixit.

Un abrazo.