jueves, 24 de mayo de 2012

La saga fuga de J/B. Gonzalo Torrente Ballester

Lectura compartida con Literaturitis Crónica.


"... La memoria, en efecto es la mayor traidora,

tanto que nos induce a imaginar

que hemos vivido lo que tan solo nos ha pasado".



Kurt Zorn


"Rostros que sueñan pasmos en la niebla". Germán Bleiberg.
"Una sesión de circo se iniciaba en la constelación décimoctava". Gerardo Diego.
"Tin morín de dos pingües, cúcara máscara chíchara fue". Popular.


¿Qué podría decir yo sobre La saga fuga de J/B?



Desde que cerré sus páginas sigo pensando en la lectura, en sus múltiples lecturas. Son tantas sus posibles lecturas, a cada cual más dispar, o más original que la anterior.



Creo que las palabras de Kart Zorn, de La Avería, puede ser un buen reflejo de aquello que le ocurre a José Bastida. O de aquello que sueña. O de aquello que nosotros creemos que ha soñado o vivido.



La saga es una metáfora de la vida, hay tantas lecturas de La saga como lectores posibles y, dentro de cada lectura, hay otra lectura nueva.



Hay muchas Sagas dentro de La saga. Y también muchas fugas.



Pero sobretodo, hay armonía.



Torrente escribía sus libros grabadora en mano. Dicen que la palabra viva se refleja en sus textos.



Han intentado comparar La saga con Ulises de Joyce. Pero ambas obras han resistido la comparación y han salido vivas. Son Incomparables. Luego, cuando una obra no da más de sí, comparan al escritor con Kafka. Esto es un artilugio metacomercial que está muy de moda y con el cual se logra que si tenías en pendientes El Proceso, aparques la novela metacomercial para adentrarte en el verdadero Kafka. No nos gustan los imitadores comerciales. La metanovela, sí.



En La saga hay muchos mundos, muchos personajes, muchas historias. Podríamos llegar a pensar que nos encontramos ante el cielo y la tierra, como Platón y Aristóteles; tenemos dos loros, tenemos dos ríos, tenemos los godos y los nativos, tenemos JB por doquier. Pero sobretodo, tenemos una historia dentro de otra historia, que a su vez está dentro de otra, y así sucesivas veces hasta el infinito… o hasta descubrir porqué las lampreas han desaparecido.



Por cierto, me aventuro y me arriesgo a decir que, El mal de Montano de Vila-Matas, es deudora de La Saga. Lectores más inteligentes que yo y más agudos y observadores podrán quitarme la razón. Podría ir más allá, y me atrevería a decir, que el mundo onírico que rodea la obra de Vila-Matas, es deudora de La saga.



Novela tardía en la creación de Torrente que le granjeo el reconocimiento mundial y universal de escritor. Luego vino la serie Los gozos y las sombras, y algunos crecimos pensando que Don Gonzalo era ese señor bajito con gafas y mirada distraída y cara bondadosa que escribía novelas de amores contrariados para que la RTVE grabara una serie. Aunque también pensamos que Don Gonzalo era nieto de Don Benito, y había hecho una Fortunata y Jacinta en versión gallega.



Pero, ¿qué podría yo decir sobre La saga? . Olvidar no puedo la fina ironía y el humor que inundan sus páginas, como tampoco la genialidad. El homenage tubular al sistema métrico decimal, es, simplemente, expectacular. Creo que el espíritu de la novela se refleja en esta obra arquitectónica en continua evolución.

Hay tantas cosas dentro de La saga, que difícilmente se pueden resumir: la tabla redonda, Santa Lilaila, el Corpo Santo, la hermana que es amante y la fuga de los amantes; el narrador y sus contorsiones.

En algo sí coinciden quienes comparan Ulises y La saga: SON UNA BROMA INFINITA.



2 comentarios:

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

El problema de las bromas, en literatura, es que la gente se las toma en serio, y amargan la vida de lectores y estudiantes, ¡y luego se quejan los eruditos de que la gente recurre a la literatura con tramas trepidantes y claro estilo! Pero hay que amar con locura la literatura para gastar horas leyendo obras como la que aquí nos trae.
Me ha gustado mucho su post, Hilvanes, pues no siendo muy largo sí trata con respeto y cariño lo más importante de la novela.
Es una pena que, siendo imprescindible en los manuales de Literatura, la gente no acuda a ella, que no sea leída.
Quizá Los Gozos y las Sombras sea más leída. Habrá que leerla algún día.
Pues ya que usted nombra Fortunata y Jacinta, propongo esta lectura compartida.
Aura, de Carlos Fuentes, como homenaje. No es ni muy larga ni muy difícil.
La educación sentimental, de Gustave Flaubert.
También tengo en la lista de pendientes, por si usted se anima:
-El maestro y Margarita de Bulgakov.
-Libertad, de Franzen
-Trilogía de Nueva York, de Paul Auster, que quizá comience mañana, pues ya tengo a punto Caligrafía de los sueños, de Marsé.
Ya iremos organizando la orgía perpétua, que diría Vargas Llosa.

Hilvanes y Retales dijo...

Lo que sí es cierto, que empanada de lampreas no vamos a probar ...

De entre todos ellos, prefiero Fortunata y Jacinta...