viernes, 23 de julio de 2010

Entre la vida y la literatura: A mi Hada Madrina Carmen Martín Gaite




Un tapiz consta de tantos hilos que no puedo resignarme a seguir uno solo; mi enredo proviene de que una historia está hecha de muchas historias. Y no puedo contarlas.        CLARICE LISPECTOR, Felicidad clandestina



Hará mañana 10 años, a media mañana, que pagué mis primeras tasas para presentarme a las oposiciones de Hacienda, que atrás quedaron en el tiempo. Y mientras esperaba en la cola, cogí el periódico para matar el tiempo. Este “matar el tiempo me recuerda a Alicia y me recuerda a Carmen. Y cuando llegaba a las últimas páginas del periódico, me di de bruces con la noticia: Carmen Martín Gaite había fallecido.



Me sorprendió no haber escuchado nada en el parte de noticias. Aún hoy sigo pensando: ¿ Obviaron a La Gaite en los informativos?



“Soy persona abierta a lo que va ocurriendo en el mundo. No me cierro en banda a las cosas nuevas; no soy tan necia que no reconozca su utilidad. Ahora bien, a mi edad, ya no voy a aprenderlo, a utilizar el ordenador, la Web... Si alguien trabaja con ese sistema, y puedo ayudarlo, lo hago. Pero me sentiría triste si tuviera que escribir directamente ante una pantalla. Como medio de difusión de la cultura, que llega a muchos y con rapidez, lo veo muy bien. Por ejemplo, que ahora dediquéis un número de una revista electrónica a mi obra. Siempre ha habido una primera vez, en ponerse al teléfono y hablar, o en montarse a un avión. Yo me muevo en el mundo y, claro, evoluciono. No me faltan la curiosidad ni la amplitud de miras; edad de aprender, en cambio, no la tengo ya. Te diré: he pasado horas, hace pocos meses, en la Biblioteca de Washington, y los amigos me mostraron, en la pantalla, una lista de trabajos sobre mi obra. Reconozco que es una grandísima ayuda, y la agradezco en la medida en que prueba que hay interés por mi obra, y en tantos lugares. Me quita años de encima, alienta mi talante curioso y activo”



A mi me han salvado de muchos suicidios los libros de C.M.G.






Del primer suicidio me salvo La Reina de las nieves. Libro en el que confesaba C.M.G. haber sufrido mucho en su redacción. Haberlo soltado una vez, y quizás una segunda o tal vez una tercera. Pero lo terminó milagrosamente para nuestras vidas. La imposibilidad de llorar de Leandro porque un cristalito se le ha entrado en el ojo. Y a mitad de libro aparece el poema Itaca





Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca

debes rogar que el viaje sea largo,

lleno de peripecias, lleno de experiencias.



En sus textos se bebe la sed de libertad, de ganar tiempo al tiempo, del gusto por lo cotidiano, “nunca desaproveches nada de lo que tienes, todos los días hay que sacarle brillo a lo viejo para que parezca nuevo”. “La libertad la lleva uno por dentro”.






En cierta ocasión comencé un cuaderno de frases de C.M.G. Aún existe.



Era otoño cuando me acerqué a Nubosidad variable. Y en un otoño previo leí por casualidad Caperucita en Manhattan pues las ediciones de este libro se hacían de rogar hasta que Siruela vino a rescatarlo. Años más tarde lo he regalado a una niña inteligente y con ganas pero ayer me enteraba, también por casualidad, que no lo ha leído. Me quedé un poco triste.





Cuando compré Cuadernos de todo lo hice con tanto remordimiento que estuvo no sé cuanto tiempo sin abrirse guardado en un estante alejado de mis manos. Eran diarios, no sabíamos si Carmen quería que se publicasen. Mis ansias de saber de ella me impidieron no hacerme con el libro. Comencé a leer los cuadernos. A penas hay datos personales, más que un diario es un diario literario-filosófico-con notas para trabajar. Incluso, cuando menciona a personas, pone la inicial y evita dar el nombre.



Abro el libro Cuadernos de todo y me encuentro una postal de Granada, que ciudad tan maravillosa, páginas subrayadas, un punto de lectura de Una merienda loca…

Del libro que recuerdo poco es de Entre visillos.

Tengo Esperando el porvenir en tareas pendientes junto con Usos amorosos de la postguerra española.



Irse de casa, donde curiosamente Amparo mantiene una excelente relación con su hijo pero no con su hija: “Querida María, de repente, antes de irme, me acuerdo que había quedado contigo mañana para salir a comprar la cuna del niño nuevo. (Por cierto, la de Carolina no sé por qué tuviste que regalarla, con lo bonita que era, …”llama la atención que una madre se marcha, no dice a dónde, y da plantón a su hija ante una próxima y evidente maternidad. Aquí pasa algo. Esto es muy sospechoso…Amparo, en realidad, donde huye es a pueblo natal, donde recorre las calles, se hospeda en el Excelsior, y se encuentra a sí misma.



Mi edición de El cuento de nunca acabar es de 1.988. No encontraba este libro por ningún sitio y al final en una librería se apiadaron de mi y me lo buscaron. Cuando fui a recogerlo, al verlo tan poco nuevo, con las páginas tan amarillas y la cubierta un poco rozada llegué a pensar que en la librería no habían encontrado existencias en ninguna editorial (entonces las comprar por Internet no estaban tan a la orden del día, ahora encargas un libro y resulta que la librería donde lo está comprando es en casadellibro.com) y me estaban vendiendo un ejemplar que alguien tenía y ya no necesitaba.



De allí tomé el nombre de Hilvanes y Retales.


EL BOALO

 


He contando en muchas ocasiones la anécdota de Unamuno y Amado Nervo…saben aquel que dice…

Cuentan que cierta mañana de otoño iba don Miguel de Unamuno paseando con Amado Nervo y acertaron a pasar a orillas de un estanque.

-¡Qué plantas tan bonitas, don Miguel, ésas que flotan sobre el agua! ¿Cómo se llamarán?- preguntó el poeta, deteniéndose a mirarlas, con los ojos asombrados de quien las estuviera viendo por primera vez.

-¡Nenúfares!- le contestó inmediatamente Unamuno-. Eso que saca usted siempre en sus poemas.



Y en esta semana de casualidades, traer a colación el día de La Magdalena la canción de Sabina; le tenencia de libros semejantes o las casualidades que menciona la hija de Valente.



“Le daba ella mucho sentido a estas pequeñas casualidades y en cada una de semejantes minucias veía presagios e interpretaba mensajes del destino que nos unía” Ritmo Lento



Y cuando observo que compro más que leo recuerdo aquello de “ ¡Tantos libros comprados y sin leer, qué agobio, algunos muchos sin abrir siquiera!”que decía en Retahílas.



Tirando del hilo (artículos 1949-2000) fue una lectura lenta llena de sorpresas: una enciclopedia en pequeño formato.



Fines parecidos comparte La búsqueda de interlocutor.


Dos cuentos maravillos, que trata de princesas y príncipes azules sin tratar de esa principesa que espera sometida a normas estrictas y absurdas.
Compré un día del libro del mismo año que se editó, Visión de Nueva York. He mirado mil veces mil sus páginas, y leído sus notas.



“Your English is perfect, Money”



Ojalá tuviera un mínimo de conocimientos del idioma, porque la editorial hace al final del libro una transcripción y traducción de las notas de Carmiña pero olvida la última página, esa que está después de varias páginas en blanco, que está escrita en inglés y al revés…


 

Mi última lectura de La Gaite es El Balneario. Son cuentos, magistralmente hilvanados, con prólogo de Luis Alberto de Cuenca…pero tremendamente tristes. Y esto último es lo que más me llama la atención. Ese pesimismo que rezuman los cuentos de El Balneario en una escritora como Carmen tan vital, tan llena de magia, tan Hada Madrina.

La de poeta quizá sea la faceta más desconocida de nuestra Carmen. Este es uno de mis poemas favoritos


FARMACIA DE GUARDIA

No es Valium ni Orfidal,

no me ha entendido.

Se trata de la fe. Sí: de la fe.

Comprendo que es muy tarde

y no son horas

de andar telefoneando a una

farmacia

con tales quintaesencias.

Lo que yo necesito

para entrar confiada en el vientre

del sueño

es algún específico protector de

la fe.

¿Que le ponga un ejemplo más

concreto?

Pues no sé… Necesito

creerme que este saco

cerrado por la boca

y en cuya superficie

se aprecia la joroba

de envoltorios estáticos

puede volver a abrirse alguna vez

a provocar deseos y sorpresas

bajo la luz del sol y de la luna,

bajo el fervor clemente

de los dioses del mar.

¡Oh, volver a sentir lo que era

eso!

Y ni siquiera necesito tanto

?ya es menos lo que pido?;

simplemente creerme

que un día lo sentí

intempestivamente

cuando más descuidada andaba

de esperarlo,

y supe con certeza

que sí, que se podía,

que un corazón doméstico

cuando al fin se desboca

es porque está latiendo sin

saberlo

desde otro muy cercano.



Ya. Que no tienen nada.

Pues perdone.

Comprendo que es muy tarde

para hacerle perder a usted el

tiempo

con tales quintaesencias.

Ya me lo figuraba.

Buenas noches.

 
Gracias Carmen por haber existido y por habernos dado esa literatura tan milagrosa, tan llena de magia, de vida, de sueños...

9 comentarios:

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

Sí, gracias, Carmiña, por todo aquello.
No llegó a tiempo para el teclado y la literatura on line, ¿habría tenido ella un blog?
Escribía en cuadernos, y yo imitaba esa querencia por el papel cuadriculado, o en blanco, o en rayas, con sus anillas. Creo que completé... más de diez seguro, desde los 26 a los 34, más o menos, luego vino el teclado, ¡ay!
Conozco, como no, la anécdota de Unamuno y Amado Nervo, que tanto aparece como ejemplo de esa literatura que se hace porque es vanguardia pero que no se entiende, que queda bien y es canónica pero que nadie entiende, y en El cuento de Nunca acabar usa esa anécdota para una reflexión.
Son más de las cinco de la mañana, me he perdido por el barrio de Lavapiés, ¡donde nació mi padre! Donde se crió.
Deseandito estaba llegar para dejar aquí un comentario.
Mañana dejaré otro, en una segunda lectura.
La última taberna, Candela, parecía de otro tiempo, las personas de allí no era posible que fueran del siglo XXI.

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

Su voz, como escuchamos en el vídeo, es delicada a la vez que poderosa, ideal para recitar, voz de mujer rapsoda, y para nada es empalagosa ni afectada, cosa que detesto.
Pocos diarios han hablado hoy de Carmen Martín Gaite, quizá hoy el ABCD o el Babelia hagan algo, deberían, si no que miren aquí en su blog y tomen ejemplo.
Yo no tengo tanto suyo, aunque como ahora están con sus obras completas, en gruesos, nutricios, apetecibles tomos, no hay que descartar tenerlos algún día. Los cuadernos de todo... ¡son inmensos!
Gracias a que se dedicaba a la reflexión y la poesía además de la novela y el relato, podemos considerar a Carmiña como Literata de Cabecera, ¿le parece bien, Hilvanes? Siempre un libro suyo en la mesilla para echarle mano cada vez que se necesite, que será casi siempre, porque ..., ¿no necesitamos comer, beber cada día?
En el vídeo dedica el recital a Paco Nieva... , ¿qué le parece los dibujos que hizo en El cuento de nunca acabar? "Gentileza y soledad de miss Mady"
En ese libro, ¿qué tengo como punto de lectura? ¡las participaciones de la lotería de Navidad! y la lista con los regalos para los sobrinos...
En la reina de las nieves hay un capítulo en el que hablan del vértigo que se siente ante las pinturas de C.D. Friedrich, ahí creo yo que fue el comienzo del romance, el encuentro con un alma afin.
Y recuerdo también el comienzo de Nubosidad Variable, cuando dice aquello de que para cazar la liebre es mejor no ir a buscarla al erial, era algo así, más o menos.
Bueno, que podríamos estar así toda la mañana.
¡Buen Sábado!

Hilvanes dijo...

Gracias por sus comentarios, tan certeros...a Umbral ya solo le recuerda El Mundo. Es una pena...en otros ámbitos estas cosas, estos olvidos, no pasarían...

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

No olvidemos que nuestro Umbral era un tipo polémico, y aún no todos perdonan, el tiempo, con la ayuda de ese diario, y con la ayuda nuestra -la de sus admiradores- le colocará en el lugar que merece.
Una curiosidad: justo aquí abajo, donde pone verificación de la palabra para publicar este comentario, están las letras: "dalibes".

Maria dijo...

Es verdad que Umbral era un tipo polémico y algo avinagrado de carácter.
Cuando murió me enteré de que nunca superó la temprana muerte de su niño y lo comprendí todo.
Leía a Umbral sobre todo en Interviú y recortaba sus artículos que me servían para decorar mis carpetas.
Ahora que La casa Encendida expone una retrospectiva sobre los quinquis, recuerdo un artículo suyo que decía:
"Cuando el dios de la lluvia llora sobre Villaverde Alto o Bajo, las medias con los puntos cogidos, sobrenadan el nilo de légamo, y la pobreza de los parados, de los marginados, de los suburbiales, de los inmigrantes, de los currantes viaja en palangans rotas por la superficie del agua".
Esto lo escribió a raíz del estreno de "Deprisa, deprisa".
Umbral refería en sus crónicas a los barrios olvidados de los que nadie se acordaba.
Demos pues tiempo al tiempo, como dice usted para rehabilitar su figura.
Saludos.

Hilvanes y Retales dijo...

Es curioso que en España sean polémicos personajes como Umbral y como Sabina.

España defiende mal y poco a sus artístas... cuánto tenemos que aprender de Francia.

Sus palabras, María, me recuerdan aquello que se decía en Travesía de Madrid: "Uno quisiera hacer a pie toda la travesía de su ciudad, desde los barrios nuevos que no
conoce hasta los barrios viejos donde cree que ha nacido".

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

María, posiblemente vaya este sábado a ver esa exposición, me gustaban las películas de Jose Antonio de la Loma y de Eloy de la Iglesia. Deprisa, Deprisa, la cogí de la biblioteca hace unos años, creo recordar que es de Saura.
El que yo prefiera a Umbral antes que a otros se debe a esto:
todo lo que escribía lo escribía bien, en su estilo inconfundible, como cuando sale el sol del ocaso después de una tarde lluviosa y grisácea.
Hace un año soñé que alguien me hablaba de la escritura de Umbral y decidí colgar artículos en mi blog, mis umbralianas. El que en el sueño me hablaba -quizá era yo-, me decía que en Umbral, hasta los silencios eran endecasílabos.
Daba igual de lo que escribiera, era como un rey midas literario, ¡si hasta se nos fue con un verso en los labios, como contaba en las entrevistas María España!
Textos como ese, Hilvanes, de Travesía de Madrid, fueron los que me hicieron caer rendido ante su lírica. Travesía de Madrid fue el primer libro suyo que leí entero, antes sólo entrevistas, artículos, páginas sueltas.
Vuelvo a transcribirlo, con su permiso:
"Uno quisiera hacer a pie toda la travesía de su ciudad, desde los barrios nuevos que no
conoce hasta los barrios viejos donde cree que ha nacido".
Yo por entonces, en 1997, más o menos, escribía cosas similares, Madrid era una obsesión, por esa nostalgia de mar que tenemos los madrileños, y es que Madrid, como dijera Don Enrique Tierno Galván, es una ciudad sobre las aguas, es por ello que la diosa Cibeles es nuestra patrona.

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

Me olvidaba de Sabina, ¿qué más da el personaje?
Sus canciones siempre han sido muy hermosas, desde Calle Melancolía hasta hoy.

Hilvanes y Retales dijo...

OIGAN USTEDES, QUE AQUÍ HABÍAMOS VENIDO A HABLAR DE LOS LIBROS DE LA GAITE...