martes, 17 de junio de 2008

Historia abreviada de la literatura portátil




Pero el 2 no ha sido nunca un número
porque es una angustia y su sombra...

Pequeño poema infinito.
Nueva York, 10 de enero de 1930.

A finales del invierno de 1924, sobre el peñasco en que Nietzsche había tenido la intuición del eterno retorno, el escritor ruso Andrei Biely sufrió una crisis nerviosa al experimentar el ascenso irremediab le de las lavas del superconsciente. Aquel mismo día a la misma hora, a no mucha distancia de allí, el músico Edgar Varese caía repentinamente del caballo cuando, parodiando a Apollinarire, simulaba que se preparaba para ir a la guerra.


A mí me parece que esas dos escenas fueron los pilares sobre los que se edificó la historia de la literatura portátil: Una historia europea en sus orígenes y tan ligera como la maleta-escritorio con la que Paul Morand recorría en trenes de lujo la iluminada Europa nocturna: escritorio móvil que inspiró a Marcel Duchamp su boite-en-valise, sin duda el intento más genial de exaltar lo portátil en arte ....


Creo recordar que llegué a Vila Matas por, precisamente, su Historia abreviada, pero, curiosamente, hasta ahora no he podido exprimir sus sabrosas páginas. Como todo libro de Vila Matas, los nombres de personajes y de historias se suceden entre si como un esqueleto del que parten huesecillos construyendo minúsculas historias a cada cual más extraordinaria.

La sociedad secreta de los portátiles o la conspiración de los shandys fundada en 1924 en el río Níger, tuvo entre sus conjurados a : Lorca, Walter Benjamín, Scott Fitzgerald, Duchamp, etc...

Requisitos:

1. La obra de uno debía ser portátil: no pesada y fácilmente transportada en un maletín.

2. Ser soltero, o al menos, tener vocación de soltero o, en el caso de haber contraído ya matrimonio, vivir como si se fuera soltero. “En aquel instante, no sé por qué, dejé de escuchar a Varese y me puse a pnesar que no debía cargarse a la vida con demasiado peso, con demasiadas cosas por hacer, con aquello alo que se llama una mujer, niños, una casa en el campo, un coche, etcétera. Y lo comprendí felizmente muy pronto. Eso me ha permitido vivir mucho tiempo como soltero mucho más fácilmente que si hubiera tenido que enfrentarme con todas las dificultades normales de la vida. En el fondo, es lo principal”.

Walter Bejamin: “le gustaban a W. B. Los viejos juguetes, los sellos de correo, las fotos de tarjeta postal y esas imitaciones de la realidad de los paisajes invernales contenidos dentro de un globo de vidrio donde nieva cuando los sacude".

Otro factor fundamental para pertenecer a la sociedad Shandy: un alto grado de locura. Así también: espíritu innovador, sexualidad extrema, ausencia de grandes propósitos, nomadismo infatigable, tensa convivencia con la figura del doble, simpatía por la negritud, cultivar el arte de la insolencia.

En otra pensión del barrio judío de Praga, el pinto Juan Gris anotó lo siguiente en un cuaderno de música: “profundamente turbado em encuentro en esta ciudad de Praga mientras espero a encontrarme con alguno de mis amigos. En las viejas casa de este barrio noto yo movimientos espectrales y me he enterado, con no poco asombro, de cuáles son los verdaderos amos ocultos de la callejuela donde vivo. Son extraños personajes que aquí viven, semejantes a sombras: seres (no nacidos de madre) cuyo pensamiento y forma de actuar está construido por retazos sin ninguna selección. Cuando pasan por mi espíritu, me siento más inclinado que nunca a creer que los sueños tienen su propia morada; pienso que habitan o se esconden en oscuras verdades que, cuando estoy despierto, permanecen latentes en mi alma, como impresiones muy vivas de cuentos de colores”.

Y es el pensamiento que es un narcótico eminente que dijo Walter Benjamín.

Otro rasgo que compartían los sandys era la necesidad de soledad, junto con la amargura por la propia soledad, era una caracterísitica muy común entre los alegres y volubles trabajadores que fueron los shandys. “para llevar adelante sus trabajos tenían ellos que ser solitarios, o por lo menos no ligarse a ninguna relación permanente. Sus sentiientos negativos hacia el matrimonio quedan claros en numerosos escritos. Sus héroes nunca se casaron”.

La sociedad fue disuelta en Sevilla. Edward Clark halló en el doble fondo de un baúl un documento que era una conferencia que giraba en torno a la angustia del escritor portátil y que fue escrito por Bruno Schulz pero que llegó a manos de Crowley que lo retocó ligeramente y, haciéndose pasar por Elsa Tirana lo leyó travestizado, en el Ateneo de Sevilla en un homenaje a Góngora. La conferencia, en torno a la angustia, pero que revelaba la existencia de la sociedad secreta shandy. La lectura de la conferencia era reforzada con el mapa que había trazado W. Benjamín. “Emilio Prados, tratando de frenar aquella orgía de chismes y calumnias, se aproximó a quien él creía que era el jefe de aquel grupo de insolentes, García Lorca, y le recriminó la escasa altura literaria del chisme. Lorca le fulminó con la mirada y, apoyándose en el hombro de la hermosa negra que le acompañaba, se dedicó a explircarle que Marcel Proust, por ejemplo, escribía novelas que no eran más que chismes, y que lo mismo sucedía con Henry James”.

Vamos con el mapa: Walter Benjamín soñó con hacer un mapa de su vida: lo soñaba gris y portátil, y llegó a diseñar un sistema de señales coloreadas que marcaban claramente las casas de sus amigos shandys, los cafés y librerías donde se reunieron, los hoteles de una noche, la luz submarina de las bibliotecas europeas, los caminos a diferentes escuelas y las tumbas que vieron llenar. “Perderse en una ciudad como quien se pierde en un bosque, requiere aprendizaje ... este arte lo aprendí tarde, cumpliéndose así el sueño del que los laberintos sobre el papel secante de mis cuadernos fueron los primeros rastros. No, no los primeros, pues antes hubo uno que ha perdurado: El camino a este laberinto”.

Lamento que mis notas no hagan justicia al libro Historia abreviada de la Literatura Portátil, lamento dejar tantos hilos sueltos... solo puedo recomendaros que os acerquéis a tan portátiles notas sobre la literatura de los shandys.

Benjamin Walter:


" Mientras estés trabajando, intenta sustraerte a la medianía de la cotidianeidad. Una quietud a medias, acompañada de ruidos triviales, degrada. En cambio, el acompañamiento de un estudio musical o de un murmullo de voces puede resultar tan significativo para el trabajo como el perceptible silencio de la noche. Si éste agudiza el oído interior, aquél se convierte en la piedra de toque de una dicción cuya plenitud sepulta en sí misma hasta los ruidos excéntricos. "

Emilio Prados.

Aparente quietud ante tus ojos,
aquí, esta herida —no hay ajenos límites—,
hoy es el fiel de tu equilibrio estable.
La herida es tuya, el cuerpo en que está abierta
es tuyo, aun yerto y lívido. Ven, toca,
baja, más cerca. ¿Acaso ves tu origen
entrando por tus ojos a esta parte
contraria de la vida? ¿Qué has hallado?
¿Algo que no sea tuyo en permanencia?
Tira tu daga. Tira tus sentidos.
Dentro de ti te engendra lo que has dado,
fue tuyo y siempre es acción continua.
Esta herida es testigo: nadie ha muerto.


Francis Scott Fitzgerald

" En mi primera infancia mi padre me dio un consejo que, desde entonces, no ha cesado de darme vueltas. Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien -me dijo- ten presente que no todo el mundo ha tenido tus ventajas. No añadió más, pero ambos no hemos sido nunca muy comunicativos dentro de nuestra habitual reserva, por lo cual comprendí que, con sus palabras, quería decir mucho más".

Friedrich Nietzsche, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral

En algún apartado rincón del universo centelleante, desparramado en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue el minuto más altanero y falaz de la “Historia Universal”: pero, a fin de cuentas, sólo un minuto. Tras breves respiraciones de la naturaleza el astro se heló y los animales inteligentes hubieron de perecer. Alguien podría inventar una fábula semejante pero, con todo, no habría ilustrado suficientemente cuán lastimoso, cuán sombrío, cuán estéril y arbitrario es el estado en el que se presenta el intelecto humano dentro de la naturaleza. Hubo eternidades en las que no existía; cuando de nuevo se acabe todo para él no habrá sucedido nada, puesto que para ese intelecto no hay ninguna misión ulterior que conduzca más allá de la vida humana. No es sino humano, y solamente su poseedor y creador lo toma tan patéticamente como si en él girasen los goznes del mundo.”




2 comentarios:

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

Leí este libro hace más de un año, y llegué a la conclusión de que yo era un poquito shandy...
Vila-Matas tiene libros que quiero leer, que tratan sobre mundos que me interesan mucho, Doctor Pasavento, Bartleby y Compañía...
Los mundos extravagantes de los letraheridos, ¡ay!, que apostillaría Umbral. Yo, si no meto en lo que escribo a alguien que lee, o que escribe, como que me siento perder el tiempo garabateando papeles.
Los escritores son un manjar para los escritores. Te recomiendo Manual de Literatura para Caníbales, de Rafael Reig, que no sólo es didáctico, sino que te reirás y asombrarás a cada página.
Sobre Emilio Prados, hay un poema, La Voz Inmóvil, que ya te recitaré...

Hilvanes y Retales dijo...

Doctor Pasavento lo dejé en el segundo capítulo, me estaba costando pillarle el truco al libro. Volveré a él, pero será cuando el libro me llame de verdad. A veces, me ocurre que si comienzo el libro justo cuando entra en casa no logro entrar yo en él. Necesito dejarlo reposar en la estantería un tiempo. Y esperar a que el libro me llame ...

Espero ansiosa el recital de Prados, pero incluye algo de Lorca. Y de Auden...