jueves, 22 de noviembre de 2007

“Un Obrero de las palabras”



“ Quizá deberían todas las personas tener en determinado momento de su vida una necesidad tan acuciante de rememorarla como ésta que tengo yo ahora, para que la vida no fuera pareciendo, momento a momento, una muerte”. Estas palabras que me hubieran gustado decirlas alguna vez, aunque siempre las pienso, son de Fernando Fernández Gómez.

En el arte, a veces parece que no se puede ser bueno en muchas cosas, porque solo te reconocen una.

Pues Fernando F. Gómez, aunque tarde, se le reconoció como un verdadero escritor, cuando en el 2000, ocupó el sillón B de la Real Academia Española.

NO voy ha hacer un repaso de su vida y obra, donde englobo no solo el teatro, sus novelas, sus artículos, sus guiones... porque de eso ya se encargará hoy la prensa quienes podrán investigar en las hemerotecas y rescatar del antes de que caiga en el olvido, la gran figura de Fernando Fernán-Gómez.

Pero, la gran persona que fue, alguien lo dirá?

Fue Enrique Jardiel Poncela quien se fijó en Fernán-Gómez, quien entonces empezaba en el teatro. Intuyó el don de la interpretación en un jovencísimo pelirrojo Fernando que entonces aprendía el oficio de la ilusión, de la risa y del llanto.

Jardiel Poncela le dio los primeros papeles y, Fernando, siempre estuvo agradecido.

Fernando, en contra de tantos otros que abandonaron en el lecho de muerte a un Enrique olvidado y despreciado; acompañado al escritor hasta el último momento sin miedo a posibles represalias y, sobretodo, ayudando a una familia en un momento difícil.

Y es en estos casos donde descubrimos, no solo al artista, sino también al hombre.

Nunca te olvidaremos Fernando.

3 comentarios:

Magda Díaz Morales dijo...

Es lamentable la pérdida de este gran señor nacido en Perú pero que pasó muchos años de su vida en España. Descanse en paz.

Desconocía la anécdota que relatas referente a que "en contra de los que abandonaron en el lecho de muerte a un Enrique olvidado y despreciado; acompañado al escritor hasta el último momento sin miedo a posibles represalias", me ha conmovido y me ha alegrado saberlo.

Anónimo dijo...

Creo que tenemos gustos semejantes. Pasaré también por aquí.
Un saludo

Hilvanes y Retales dijo...

Con la muerte de Fernán Gómez ha sucedido lo que se preveía que sucedería: que han repuesto en televisión varias películas suyas pero que, esta semana, ya no podrán ninguna, ya nadie hablará de él, y nadie se da cuenta que de los genios hay que hablar en vida y no dejarles marchar sin que sepan cuánto les necesitamos algunas personas para ser felices.

El extraño viaje (imprescindible) no recordaba haberla visto hasta llegar a la escena de los toneles del vino. Ni recuerdo cuantos años puede ser que la viera. Supongo que la última vez que la pondrían sería por aquellos años en los cuales la televisión se podía poner al llegar a casa porque sus programas eran inteligentes y entretenidos. Aunque algo bueno aporta la televisión en estos momentos: que nos invita a leer y a ahorrar luz.